El exdirector de la ONUDD asegura que informes internacionales desmienten la acusación de Washington contra Venezuela y denuncia que la narrativa del narcotráfico busca encubrir intereses petroleros disfrazados de lucha antidrogas.
Caracas – La idea de que Venezuela es un “narcoestado” se tambalea con fuerza. Así lo sostiene el sociólogo italiano Pino Arlacchi, exdirector de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), quien durante años coordinó investigaciones globales sobre el tráfico de estupefacientes.
Desde su experiencia al frente de la ONUDD, Arlacchi rechaza de manera tajante las acusaciones impulsadas por Estados Unidos, especialmente durante la administración de Donald Trump. “Jamás hubo evidencia que colocara a Venezuela como un actor principal del narcotráfico. Fue una invención política para justificar sanciones y aislarla en la región”, afirmó.
INFORMES QUE NO DEJAN LUGAR A DUDAS
El Informe Mundial sobre Drogas 2025, elaborado por la ONUDD, no confirma la teoría de Washington. Por el contrario, apenas menciona a Venezuela como punto secundario en el tránsito de cocaína procedente de Colombia. Según el documento, menos del 5% de la producción colombiana cruza suelo venezolano rumbo a Europa y Estados Unidos.
Arlacchi subraya la desproporción del relato: “En 2018, Venezuela fue tránsito de 210 toneladas de cocaína, mientras Colombia movía más de 2.300 y Guatemala superaba las 1.400. Sin embargo, solo Caracas fue señalada como ‘narcoestado’”.
EL MITO DEL CARTEL DE LOS SOLES
Uno de los ejes más polémicos es la existencia del llamado Cartel de los Soles, presentado por autoridades norteamericanas como una red criminal dirigida por militares venezolanos. Para Arlacchi, se trata de “una fábula geopolítica sin ningún respaldo técnico”.
“El Cartel de los Soles nunca aparece en documentos de Naciones Unidas ni de la Unión Europea. Ni siquiera como nota al pie. Es un silencio que dice mucho. Si realmente existiera una organización con la magnitud que describe Washington, su rastro estaría en todos los informes internacionales”, explicó.
UNA HISTORIA MÁS DE POLÍTICA QUE DE DROGAS
Para el experto italiano, la narrativa responde a una estrategia clara: justificar medidas coercitivas contra un país petrolero. “No se trata de seguridad ni de drogas. Se trata de recursos energéticos. Trump lo dijo en privado y luego lo admitió en público: Venezuela está sentada sobre una montaña de petróleo que Estados Unidos quiere controlar”, sostuvo.
Arlacchi remarca que la demonización de Caracas se parece demasiado a otros episodios históricos, donde el narcotráfico fue usado como excusa para legitimar intervenciones militares o sanciones.
EL OLVIDO SELECTIVO DE LOS VERDADEROS NODOS
Mientras la atención internacional se centra en Venezuela, otros países se convierten en centros neurálgicos del narcotráfico. Ecuador es uno de los ejemplos más claros. De acuerdo con informes europeos, más del 50% de los contenedores de banano que salen de Guayaquil arriban a puertos de Bélgica con cargamentos de cocaína.
Las incautaciones recientes superan las 13 toneladas en un solo barco, mientras mafias colombianas, mexicanas y albanesas operan con apoyo de redes locales. “La tasa de homicidios en Ecuador pasó de 7,8 a 45,7 por cada 100.000 habitantes en solo tres años. Eso refleja la magnitud del fenómeno, pero a nivel internacional apenas se menciona”, advirtió Arlacchi.
GEOGRAFÍA CONTRA PROPAGANDA
Uno de los argumentos más firmes del exdirector de la ONUDD es que la geografía determina las rutas de la droga. Y, según él, Venezuela no encaja en las lógicas criminales.
“Las principales vías de salida de la cocaína colombiana van hacia Centroamérica por tierra, al Pacífico para Asia o por el Caribe oriental rumbo a Europa. Venezuela, en la frontera atlántica, está en desventaja logística para las tres rutas”, detalló.
Esa desventaja convierte a Venezuela en un actor irrelevante frente a países como Honduras, Guatemala, México o Ecuador, donde confluyen redes de transporte y mercados negros más consolidados.
CUBA Y VENEZUELA: MODELOS DE CONTROL
Arlacchi también recordó que la experiencia de Cuba en materia antidrogas es reconocida incluso por agencias estadounidenses. Pese a su ubicación estratégica, la isla caribeña no es utilizada por las mafias gracias a sus estrictos controles.
“La Venezuela bolivariana ha seguido el modelo cubano: cooperación internacional, control territorial y represión de las redes criminales. Por eso no tiene cultivos de coca ni grandes carteles instalados en su territorio”, insistió.
EUROPA AVALA EL DIAGNÓSTICO
El Informe Europeo sobre Drogas 2025 ratifica la visión de Arlacchi. En el documento no aparece Venezuela como una ruta significativa. Los datos ubican a Colombia como productor principal, a Centroamérica como vía de distribución y a África Occidental como paso hacia Europa.
“Europa necesita datos fiables para proteger a su población, no propaganda. Por eso sus informes son directos y claros. Estados Unidos, en cambio, necesita excusas políticas y por eso inventa narrativas que se repiten en sus agencias de seguridad”, agregó.
UNA DEMONIZACIÓN CON FINES ECONÓMICOS
Al final, el exdirector de la ONUDD considera que la etiqueta de narcoestado aplicada a Venezuela es una mentira deliberada. “Es un caso de propaganda política, usado para legitimar sanciones y preparar escenarios de intervención. Lo que en realidad está en juego es el petróleo”, concluyó Arlacchi.
Con tono firme, el especialista lanzó una advertencia: “Si alguien merece ser señalado por delitos internacionales, no es Venezuela. Son quienes fabrican calumnias sistemáticas contra un Estado soberano para apropiarse de sus recursos naturales”.
