Con tres millones de pies cúbicos diarios de gas natural, el San Ignacio-X3 fortalece la seguridad energética, impulsa la economía cruceña y abre oportunidades para comunidades de la provincia Obispo Santistevan.

La puesta en producción del pozo San Ignacio-X3 (SIG-X3) marca un hito en la recuperación de la confianza en la capacidad productiva del sector hidrocarburífero boliviano. Con una producción inicial de tres millones de pies cúbicos por día (MMpcd) de gas natural, el proyecto refuerza las reservas energéticas del país y genera un impacto directo en las economías locales de la provincia Obispo Santistevan, en el departamento de Santa Cruz.

El gerente general de YPFB Chaco S.A., Jerry Fletcher Torrico, informó que el inicio oficial de operaciones se produjo el 16 de agosto de 2025, luego de un año de trabajo continuo que incluyó la apertura de caminos, construcción de infraestructura y pruebas técnicas. “Este resultado es fruto de la planificación y del compromiso de nuestros equipos, que han trabajado en condiciones complejas para asegurar este éxito”, declaró.

El San Ignacio-X3 alcanzó una profundidad final de 1.842 metros, confirmando la presencia de gas natural en la formación Roboré, uno de los reservorios más prometedores de la región. Este hallazgo se suma a los proyectos estratégicos que la estatal boliviana impulsa para garantizar el abastecimiento interno y mantener los compromisos de exportación en un contexto regional cada vez más competitivo.

Más allá de los indicadores energéticos, el proyecto ha significado una oportunidad laboral para cerca de 200 personas, tanto de manera directa como indirecta. Los empleos generados se tradujeron en un alivio económico para las familias locales, muchas de ellas dedicadas tradicionalmente a la agricultura y a actividades de subsistencia. “La llegada de YPFB Chaco dinamizó la economía en nuestro municipio, porque se movió el comercio y se crearon empleos temporales que dieron respiro a la gente”, comentó un dirigente comunal.

La empresa destacó que el desarrollo del pozo no solo se limita al ámbito productivo, sino que también refuerza el compromiso social y ambiental. Se aplicaron protocolos para reducir el impacto en el entorno y garantizar que las operaciones convivan de manera equilibrada con la vida de las comunidades y los recursos naturales de la zona.

El San Ignacio-X3 forma parte de los cinco proyectos de inversión más relevantes del año, enmarcados en el plan estratégico de YPFB y sus subsidiarias. El objetivo es incrementar la producción nacional, reponer reservas y consolidar a Bolivia como un socio confiable en el suministro de gas natural para países vecinos.

La perforación y posterior puesta en marcha del pozo demuestran que, a pesar de las dificultades que atraviesa la industria, el potencial energético boliviano sigue ofreciendo resultados concretos. “Este logro es una muestra de que seguimos avanzando con paso firme en la consolidación de nuestra seguridad energética”, puntualizó Fletcher Torrico.