El presidente de Bolivia, Luis Arce, se reunió este lunes con embajadores de países y representantes de organismos internacionales acreditados en el país para abordar la reciente declaratoria de desastre nacional a consecuencia de los incendios que afectan a las regiones de Santa Cruz y Beni. En el encuentro, llevado a cabo en la Cancillería, Arce destacó la gravedad de la situación y la necesidad de incrementar la cooperación externa en los esfuerzos para controlar los incendios forestales.


“La situación que estamos atravesando en el país amerita una mayor cooperación y esfuerzo por cada uno de nosotros, porque este tipo de fenómenos ya no solamente corresponde a la lucha de un solo país”, señaló Arce al inicio de la reunión. Según el mandatario, la magnitud de los incendios exige una respuesta conjunta de la comunidad internacional para salvaguardar el medio ambiente, la salud y la vida de las personas afectadas, así como para proteger la biodiversidad del país.


El gobierno boliviano declaró oficialmente el desastre nacional la mañana de este lunes, reconociendo la gravedad de los incendios, especialmente en la región oriental de Bolivia, y con el objetivo de activar los mecanismos legales para implementar acciones inmediatas de mitigación y apoyo a las zonas afectadas.


María Nela Prada, ministra de la Presidencia, informó que el gobierno lleva más de 120 días trabajando intensamente para sofocar los incendios, con el apoyo de países como Chile, España y Venezuela, que han proporcionado ayuda en forma de equipos, brigadas especializadas y recursos para combatir las llamas. Esta asistencia internacional ha sido crucial en la lucha contra los siniestros, pero las autoridades bolivianas consideran que aún se necesita más colaboración debido a la persistente amenaza.


El encuentro con el Cuerpo Diplomático, en el que participaron también ministros y viceministros del gabinete de Arce, tuvo como objetivo solicitar un mayor compromiso de la comunidad internacional para enfrentar las consecuencias de estos desastres, que no solo afectan a Bolivia, sino que también ponen en riesgo a toda la región en términos medioambientales.