En el mensaje, el Presidente acusa a Evo Morales de llevar al país hacia una situación de caos y enfrentamiento, con la intención de imponer nuevamente su candidatura presidencial, a pesar de que la Constitución Política del Estado se lo prohíbe.
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La tensión política en Bolivia ha alcanzado un nuevo nivel, con el presidente del país, Luis Arce Catacora, dirigiendo un mensaje contundente al ex mandatario, Evo Morales.
En el mensaje, el Presidente acusa a Evo Morales de llevar al país hacia una situación de caos y enfrentamiento, con la intención de imponer nuevamente su candidatura presidencial, a pesar de que la Constitución Política del Estado se lo prohíbe.
«Cuidar nuestra democracia es responsabilidad de todos»
El mensaje del presidente fue transmitido en un contexto de creciente polarización. El mandatario enfatizó el alto costo que ha significado para el pueblo boliviano la recuperación de la democracia, recordando episodios pasados de dolor y confrontación. «Cuidar nuestra democracia es una responsabilidad de todas y todos», declaró, aludiendo a las crisis anteriores que sacudieron al país, así como a los peligros de la ambición desmedida por el poder.
El presidente denunció que, bajo el liderazgo de Morales, no sólo la democracia, sino incluso la vida del pueblo boliviano está en riesgo.
Afirmó que el exmandatario estaría dispuesto a enfrentar «pueblo contra pueblo» y provocar pérdidas humanas solo para recuperar la silla presidencial.
Según Arce Catacora, las acciones de Morales no están motivadas por la defensa de los intereses del pueblo, sino por «apetitos personales» de poder.
El bloqueo nacional
Uno de los puntos centrales del mensaje del presidente fue la denuncia sobre las acciones que Morales estaría organizando: una marcha, una huelga de hambre y un bloqueo nacional de caminos. Estas medidas, según el mandatario, no buscan proteger la economía o la democracia, sino simplemente allanar el camino para que Morales pueda postularse nuevamente como candidato presidencial.
El mandatario recordó cómo Evo, en sus años de poder, intentó imponer su candidatura por un cuarto mandato, lo que derivó en una profunda crisis política en 2019.
«No te vuelvas a equivocar», advirtió el presidente, instando al exmandatario a reflexionar sobre el alto costo que tuvo para Bolivia aquel intento de permanecer en el poder. Según él, Morales estaría repitiendo los mismos errores, pero esta vez con el riesgo de causar mayor daño a la estabilidad del país.
Arce Catacora subrayó que Morales ha bloqueado leyes económicas clave en la Asamblea Legislativa Plurinacional, las cuales, de haberse aprobado, habrían ayudado a aliviar la situación económica de Bolivia. En su lugar, Morales estaría organizando una marcha y un bloqueo que, a juicio del mandatario, perjudicaría gravemente la economía, especialmente a los sectores más vulnerables.
Doble discurso
El mandatario denunció lo que calificó como un «doble discurso» por parte de Morales. Según él, aunque el ex presidente podría decir que no apoya los bloqueos, en realidad es él quien los ha organizado, con puntos de bloqueo ya establecidos en todo el país. Esto, señaló, que no sólo afectaría la economía nacional, sino que también dejaría sin alimentos a amplias zonas del país, algo que impactaría de manera directa en las familias bolivianas más necesitadas.
La autoridad mencionó que, dentro del propio trópico de Cochabamba, bastión político de Morales, existen voces disidentes que se oponen a los planes del exmandatario. Sin embargo, denunció que Morales ha sancionado de manera drástica a quienes no siguen sus órdenes, imponiendo sus decisiones a la fuerza.
«No incendies nuestro país con tus acciones»
El tono del discurso del Presidente fue directo y desafiante. Hizo un llamado a Morales para que no incendie Bolivia con sus acciones, advirtiendo sobre el impacto devastador que los bloqueos podrían tener en la economía del país y en la vida de su gente.
«La vida del pueblo es y debe ser el bien mayor a cuidar», afirmó el presidente, aludiendo al peligro de que las protestas y bloqueos desemboquen en violencia y enfrentamientos.
El Presidente instó a Morales a recordar los principios de rotación del poder que enseñan los pueblos indígenas originarios, señalando que ningún líder debe aferrarse indefinidamente al poder.
«La revolución democrática y cultural, el proceso de cambio, no se agota en una persona», declaró, argumentando que el Movimiento al Socialismo (MAS) no es propiedad de una sola persona, sino del pueblo boliviano y sus organizaciones sociales.
Una advertencia al pueblo y la comunidad internacional
El Presidente no se limitó a hacer un llamado al ex mandatario, sino que también advirtió al pueblo boliviano y a la comunidad internacional sobre las posibles consecuencias de las acciones del expresidente. Según él, los bloqueos y la huelga de hambre que planea no son más que el preludio de un intento de golpe de Estado, cuyo objetivo final sería derrocar al gobierno actual y convocar nuevas elecciones en las que se postularía nuevamente como candidato.
Arce catacora expresó su preocupación por el impacto que estas acciones podrían tener en la estabilidad del país y la vida de sus ciudadanos. Aseguró que no permitirá que se ponga en riesgo la vida del pueblo y que actuará en conformidad con la Constitución Política del Estado para garantizar la paz y el bienestar de la población.
El futuro de Bolivia
El mensaje del presidente concluyó con un llamado a Morales para que recapacite sobre su papel en el proceso de cambio que inició hace más de una década. El mandatario insistió en que Bolivia necesita nuevos liderazgos, y que tanto él como Morales tienen la responsabilidad histórica de promoverlos para garantizar la continuidad de un proyecto político que es del pueblo y no de una sola persona.
El presidente dejó claro que no cederá ante lo que calificó como «caprichos y ambiciones de poder» de Evo, asegurando que cumplirá su mandato hasta el final, en estricto apego a la Constitución.
Hizo un llamado a la unidad del pueblo boliviano, destacando la importancia de trabajar juntos para resolver los problemas estructurales del país, sin recurrir a la violencia ni a la confrontación.