La muy mal llamada lotería de los penaltis se la quedó Canadá. No le tocó, se lo ganó. Lo mereció durante toda la noche y también en la tanda, donde acabó con una Venezuela que venía de haber ganado los tres partidos de la fase de grupos y se llevó un disgusto que no esperaba en el quizá mejor momento de su historia. Maxime Crépeau, que la había liado en el gol del empate de Rondón, atajó un penalti, tocó otro para mandarlo al palo y celebró uno que se marchó fuera. Las tandas no se ganan por suerte, se conquistan por méritos propios.
La Canadá de Jesse Marsch aparece por sorpresa en las semifinales de una Copa América que estrenó junto a Argentina, que también será su rival en la madrugada del martes al miércoles en España. Habrá ‘replay’ de los buenos. Los canadienses ya avisaron en la inauguración. Son un equipo muy serio, ninguna lotería. Van a llegar a ‘su’ Mundial más que preparados.
Venezuela buscó su cima y no la encontró, la de volver a una semifinales 13 años después. Allí se presentó Canadá, que compitió como se les pide a los equipos en condiciones. La Vinotinto salió de los nervios y el que brindó por ello fue Jacob Shaffelburg, que volvió loco al que le salió al paso. Marcó el primer gol y generó todo lo que quiso y más. Acompañado por Jonathan David, al que sólo le faltó definir en condiciones en un mano a mano. Canadá atacó con flechas y directo al cuello. Por sorpresa.
El partido tuvo un ritmo trepidante, pero le costó asimilarlo a Venezuela. No fue mejor que Canadá, aunque logró empatar como no lo esperaba. El gol se originó en un córner a favor del equipo de la hoja de arce, que ahí sí jugó a la lotería. Dejó atrás solo a Bombito y un patadón de Aramburu se convirtió en un problemón. Rondón, que había estado pero sin estar fino, ganó la batalla y aprovechó la posición de Crépeau, que debió de pensar que había que salir a rematar a la otra portería. Con el guardameta fuera de lugar, Salomón clavó el empate de vaselina. Fue el sello de un mito que acabó llorando y no correspondido.
Con el empate, los penaltis aparecieron en el horizonte. Y se pudieron no verse del todo por culpa de Canadá, que volvió a merecer mejor premio antes de la tanda. Lo encontró en la falsa lotería. Allí mandó un mensaje y Argentina lo recibió. Hay que jugar y ganárselo en semifinales.
Vía MARCA