En un encuentro clave encabezado por el presidente Luis Arce, el Gobierno nacional y representantes del sector productivo trabajaron de manera conjunta para abordar las consecuencias de los 24 días de bloqueos que afectaron gravemente a la producción y a las familias bolivianas.


El diálogo, calificado como «muy importante» por ambas partes, permitió identificar medidas prioritarias para restablecer la normalidad en el país.


Una de las conclusiones centrales de la reunión fue el rechazo unánime a los bloqueos, que fueron calificados como «inhumanos» por el ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui.


Según el ministro, estos bloqueos tuvieron un impacto negativo profundo en las industrias y en la población, generando serias dificultades en la provisión de alimentos y otros insumos esenciales.


«Los bloqueos afectaron profundamente al sector productivo y a las familias bolivianas», declaró Cusicanqui.
Durante la reunión, el Gobierno presentó un plan estratégico para restablecer el suministro de combustibles, con un enfoque especial en priorizar al sector productivo. Cusicanqui detalló que el objetivo es acelerar la implementación de este plan para garantizar que los sectores productivos cuenten con los recursos necesarios para continuar sus operaciones y abastecer los mercados.


«Nos hemos reunido con gerentes y representantes de los sectores productivos para afinar este camino de retorno a la normalidad en beneficio de las familias bolivianas», afirmó el Ministro.


Otro de los puntos clave fue la necesidad de priorizar la distribución de diésel en los nueve departamentos del país, especialmente para apoyar el transporte de insumos y productos agrícolas en la campaña de verano.
La disponibilidad continua de diésel es crucial para asegurar que los productos lleguen de manera efectiva a los centros de abasto y, posteriormente, a los hogares bolivianos.


Además, se acordó la implementación de una estrategia de distribución y comercialización de combustibles que garantice un canal de abastecimiento permanente para el transporte de carga.


Esta estrategia busca optimizar el flujo de productos desde las zonas de producción hasta los centros de consumo, reduciendo tiempos y costos logísticos, lo que a su vez permitirá garantizar el acceso de la población a alimentos y bienes básicos.


«Estamos confiados en que, a través de este trabajo coordinado entre el Gobierno nacional y el sector productivo, lograremos retornar a la normalidad en la provisión de combustibles y alimentos, devolviendo la tranquilidad a la población boliviana», concluyó Cusicanqui.